Ya estamos en verano y, como ya sabemos, esta época está ligada a pasar mucho tiempo fuera de casa, haciendo que las costumbres y rutinas que llevábamos marcadas durante todo el año se alteren.
Una de las rutinas que se puede ver alterada es la de dormir en su propia cama, ya que pueden darse diversos escenarios en los que el pequeño de la casa duerma con otras personas (amigos, familiares, padres, etc.).
Excepciones como estas pueden llegar a confundir a los niños y que se haga más difícil la vuelta a dormir solos.
A continuación, os vamos a explicar por qué es importante que las niñas y los niños duerman en su cama y algunos de los motivos por los cuáles no quieren irse a dormir solos.
Debemos tener en cuenta que el hecho de irse a dormir solos implica una separación que además se da a oscuras, lo cual puede ser inquietante a estas edades. Por esta razón, es positivo que, sobre todo al principio, les acompañemos un rato y/o les contemos un cuento.
No quiere irse a dormir sola o solo porque tiene miedo.
Debemos de tener en cuenta que los miedos infantiles que se dan durante la noche son tan comunes como que nos preocupen a nosotros mismos.
Para estos casos, es beneficioso que les acompañemos y tranquilicemos hasta que se duerma y les expliquemos que no hay motivos para tener miedo.
Aprender a dormir solo es algo que requiere tiempo, por lo tanto, tenemos que trabajar con ella o él para que cada vez le resulte más fácil. Por el contrario, dejar que a la mínima ocupen un lugar en la cama de los padres puede tranquilizarles, pero no les ayudará a resolver el problema y, a la larga puede desencadenar trastornos del sueño y/o dificultades en el desarrollo.
Dicho esto, es importante destacar que es completamente normal que, en algún momento de su vida, quieran dormir con sus padres, debido a que la figura de los padres les proporciona seguridad, protección y cobertura a sus necesidades de apego. No es malo que esto ocurra de forma ocasional, sin embargo, recordamos que es importante que se acostumbre a dormir en su cama ya que resultará beneficioso para su desarrollo.
Se despierta a mitad de la noche y nos pide dormir con nosotros, ¿qué hacemos?
Muchas veces nos encontraremos con la situación de que el pequeño de la casa se ha ido a dormir solo, pero a mitad de la noche encontramos a una pequeña sombra preguntándonos si puede dormir con nosotros.
En estos casos es recomendable no hacer excepciones, sino que es aconsejable acompañarles, tranquilizarles y esperar a que se duerman otra vez en su cama, ya que de lo contrario, podemos reforzar esa conducta y convertirla en un hábito.
Debemos tener en cuenta que ser permisivos durante el periodo de reeducación del hábito del sueño puede llegar a crear confusión en nuestros hijos, por eso lo más aconsejable es evitar las excepciones lo máximo posible.
Si nos encontramos ante un malestar importante, sí podemos dejar que pase la noche con nosotros, pero al día siguiente debemos explicarle con total naturalidad que no se puede hacer de forma habitual.
No quiere irse a dormir sola o solo porque tiene miedos nocturnos y/o pesadillas, ¿cómo le ayudo?
Los terrores nocturnos se suelen dar en la primera mitad de la noche (dos – tres horas después de dormirse) en niños de edad preescolar. Cuando ocurre esto, lo más normal es que nos los encontremos sentados en la cama, llorando, sudando e incluso ausentes, ya que no se suelen despertar del todo, lo que hace que al día siguiente no recuerden muy bien qué ha pasado.
Éstos pueden aparecer a partir de los dos o los tres años, ya que a estas edades es cuando se les dispara la imaginación. También es muy común que a esas edades no sepan expresar que tienen miedo, por lo que es común que encontremos frases como la famosa ‘’¿Puedo dormir contigo?’’ a la que nos cuesta, en muchas ocasiones, decir que no.
Por el contrario, las pesadillas son sueños que se dan en la segunda mitad de la noche y que les hacen despertarse llorando o con mucho miedo. A diferencia de los terrores nocturnos, las niñas y los niños aquí sí que recuerdan qué han soñado, así que es bueno que nos lo cuenten, para que se den cuenta de que no ha sido real y se tranquilicen.
Cuando pasen cosas parecidas, es muy importante que al día siguiente tratemos este tema con total normalidad para que poco a poco vaya reduciendo su nivel de ansiedad. Además, también es beneficioso que les dejemos espacio para que vayan haciendo otras cosas de forma autónoma, como puede ser vestirse, lavarse los dientes, etc.
Mi hija o hijo está teniendo un terror nocturno, ¿qué hago?
Sabemos que es una situación difícil de vivir, pero es muy importante que sigas estos consejos:
- No le despiertes, ya que, tras un episodio de terror nocturno interrumpido, es habitual que se despierten más desorientados y confundidos, lo que hace que cueste más que se calmen y se vuelvan a dormir.
- Mantén la calma y espera con paciencia que termine el episodio, ya que lo más probable es que se vuelva a dormir en seguida.
Cabe destacar que los terrores nocturnos no ocurren de forma habitual como las pesadillas y que son más frecuentes en personas cansadas o con mucho estrés, que duermen lejos de su casa o en los que no duermen lo suficiente.
¿Cómo puedo ayudar a disminuir los terrores nocturnos?
Como ya hemos comentado antes, esto es más habitual en personas cansadas o con mucho estrés, por lo tanto, es recomendable:
- Reducir su nivel de estrés (mediante relajación, dando mensajes positivos, etc.)
- Establecer una rutina relajante antes de dormir.
- Evitar que se canse de forma excesiva.
Hemos visto algunos de los motivos por los que suele resultar difícil que los pequeños de la casa se vayan a dormir solos.
Es importante trabajar sobre los miedos si estos están impidiendo una correcta rutina del sueño. Si crees que tu hijo necesita ayuda para superar algún miedo o para estar más tranquilo a la hora de dormir, en Divergentes os ayudamos.
Joanna Cortés Saura, psicóloga experta en Inteligencia Emocional. CV16079.