Niña gorra

Mi hijo se porta mal. ¿Qué puedo hacer?

Los problemas de obediencia y de mal comportamiento en los más pequeños de la casa cada vez adquieren más importancia en las familias. El origen de estos problemas puede ser:
  • Desarrollo psicosocial incompleto.
  • Producto de unas pautas educativas desajustadas.
  • Consecuencia de la mayor disponibilidad y accesibilidad a modelos inadecuados de comportamiento tanto en la vida real como en películas, dibujos o videojuegos.
Por ello, una parte considerable del proceso de evaluación e intervención se centra, además de en el propio niño, en los padres y en la interacción familiar. Es fundamental en terapia la colaboración de los padres para conseguir manejar el comportamiento de los pequeños. Los padres deberán involucrarse en el aprendizaje de técnicas para modificar el comportamiento, aprender a dar órdenes, establecer límites y enseñar a los niños a respetarlos y, sobre todo, comprometerse para aplicar lo aprendido en casa y en la interacción diaria y cotidiana con los hijos.

¿Qué entendemos por mala conducta?

Todos los niños tienen etapas durante el crecimiento en las que resulta más complicado gestionar su comportamiento y en ocasiones es complicado distinguir cuando la desobediencia es normal y cuando hay que preocuparse. El comportamiento normal de los niños depende de muchos factores; de la edad, de las características de personalidad del pequeño y de su desarrollo físico y emocional. La desobediencia y las conductas agresivas forman parte del desarrollo evolutivo normal de los pequeños. Son más frecuentes entre los dos y tres años y es normal que vayan disminuyendo a partir de los cuatro. Esta disminución suele suceder cuando el niño adquiere mejor capacidad de comunicación y desarrolla otras estrategias para conseguir lo que quiere. Diremos que hay un problema cuando pasa de una desobediencia puntual a que el mal comportamiento sea la forma más común de responder en la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana.

¿Por qué mi hijo se porta mal?

El desarrollo de la mala conducta no es algo que se deba únicamente a una causa, para poder entender y modificar el comportamiento hay que tener en cuenta varios factores.
  • Factores situacionales: Con ello nos referimos a los factores que provienen del medio en el que se mueve el pequeño. Los padres, el colegio, los profesores, los compañeros, los amigos, los programas de televisión, las películas o los videojuegos pueden modelar y reforzar patrones de comportamiento. Por ejemplo, entre las pautas de educación empleadas por los padres, se ha demostrado que el castigo físico como estrategia disciplinaria se asocia con una mayor respuesta agresiva por parte de los hijos. Ya que el sistema familiar es el contexto más relevante en la infancia, se ha comprobado que es el que mas influye en la aparición y mantenimiento de mala conducta en los pequeños.
  • Factores conductuales: Por ejemplo, la falta de habilidades para solucionar problemas o las dificultades para demorar la gratificación, falta de habilidades sociales, dificultades para regular las emociones.
  • Factores orgánicos: Pueden ser problemas de salud, retrasos en el desarrollo o disfunciones cerebrales mínimas. Esto puede generar en el niño un estado de malestar que puede hacer que responda a las situaciones con conductas disfuncionales.

¿Qué puedo hacer para que mi hijo se porte mejor?

Algunos de los tips para mejorar el mal comportamiento de los menores en casa son la adquisición y puesta en práctica de las siguientes habilidades:
  • Observar el comportamiento de los niños prestando atención a las conductas positivas.
  • Compartir con ellos actividades agradables con la finalidad de fortalecer los vínculos positivos.
  • Reforzar los comportamientos que sean positivos.
  • Establecer expectativas, reglas y límites familiares adecuados a la edad y a las características de los niños.
  • Dar órdenes eficaces y claras.
  • Ponerse de acuerdo a la hora de actuar ante las conductas problemáticas de los hijos mediante límites razonables y consistentes.
  • Autocontrol en situaciones de tensión.
  • Comunicarse de forma eficaz y asertiva.
  • Apoyar el progreso tanto académico como comportamental de los hijos.
  • Fortalecer la vinculación entre la familia y la escuela.

¿Qué consigo llevando a mi hijo al psicólogo?

En general, los problemas de conducta no suelen desaparecer si no se interviene en ellos. Lo que se trabaja en terapia es la adaptación del menor a los entornos en los que se relaciona con frecuencia y que afectan a su desarrollo y a su bienestar psicológico y emocional. Se establecen límites en el hogar, refuerzos y órdenes claras y eficaces, evitando el castigo físico y potenciando, tanto en los peques como en los padres, estrategias de autocontrol y habilidades de comunicación y resolución de problemas. En Divergentes trabajamos la conducta en dos contextos que consideramos muy importantes, por un lado, a nivel individual a través de sesiones individuales en las que enseñamos y fomentamos conductas alternativas a la que queremos modificar y, por otro lado, a nivel grupal, dónde fomentamos la experiencia de poner en práctica los conceptos trabajados y el desarrollo de otras habilidades como la inteligencia emocional o la creatividad.

¿Tienes más dudas?

¡Ponte en contacto con nosotros!

  Lucía Lázaro Olivares, psicóloga.

Mi hijo se porta mal. ¿Qué puedo hacer?

Los problemas de obediencia y de mal comportamiento en los más pequeños de la casa cada vez adquieren más importancia en las familias. El

Los problemas de obediencia y de mal comportamiento en los más pequeños de la casa cada vez adquieren más importancia en las familias. El origen de estos problemas puede ser:

  • Desarrollo psicosocial incompleto.
  • Producto de unas pautas educativas desajustadas.
  • Consecuencia de la mayor disponibilidad y accesibilidad a modelos inadecuados de comportamiento tanto en la vida real como en películas, dibujos o videojuegos.

Por ello, una parte considerable del proceso de evaluación e intervención se centra, además de en el propio niño, en los padres y en la interacción familiar. Es fundamental en terapia la colaboración de los padres para conseguir manejar el comportamiento de los pequeños. Los padres deberán involucrarse en el aprendizaje de técnicas para modificar el comportamiento, aprender a dar órdenesestablecer límites y enseñar a los niños a respetarlos y, sobre todo, comprometerse para aplicar lo aprendido en casa y en la interacción diaria y cotidiana con los hijos.

¿Qué entendemos por mala conducta?

Todos los niños tienen etapas durante el crecimiento en las que resulta más complicado gestionar su comportamiento y en ocasiones es complicado distinguir cuando la desobediencia es normal y cuando hay que preocuparse.

El comportamiento normal de los niños depende de muchos factores; de la edad, de las características de personalidad del pequeño y de su desarrollo físico y emocional.

La desobediencia y las conductas agresivas forman parte del desarrollo evolutivo normal de los pequeños. Son más frecuentes entre los dos y tres años y es normal que vayan disminuyendo a partir de los cuatro. Esta disminución suele suceder cuando el niño adquiere mejor capacidad de comunicación y desarrolla otras estrategias para conseguir lo que quiere.

Diremos que hay un problema cuando pasa de una desobediencia puntual a que el mal comportamiento sea la forma más común de responder en la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana.

¿Por qué mi hijo se porta mal?

El desarrollo de la mala conducta no es algo que se deba únicamente a una causa, para poder entender y modificar el comportamiento hay que tener en cuenta varios factores.

  • Factores situacionales: Con ello nos referimos a los factores que provienen del medio en el que se mueve el pequeño. Los padres, el colegio, los profesores, los compañeros, los amigos, los programas de televisión, las películas o los videojuegos pueden modelar y reforzar patrones de comportamiento. Por ejemplo, entre las pautas de educación empleadas por los padres, se ha demostrado que el castigo físico como estrategia disciplinaria se asocia con una mayor respuesta agresiva por parte de los hijos. Ya que el sistema familiar es el contexto más relevante en la infancia, se ha comprobado que es el que mas influye en la aparición y mantenimiento de mala conducta en los pequeños.
  • Factores conductuales: Por ejemplo, la falta de habilidades para solucionar problemas o las dificultades para demorar la gratificaciónfalta de habilidades socialesdificultades para regular las emociones.
  • Factores orgánicos: Pueden ser problemas de salud, retrasos en el desarrollo o disfunciones cerebrales mínimas. Esto puede generar en el niño un estado de malestar que puede hacer que responda a las situaciones con conductas disfuncionales.

¿Qué puedo hacer para que mi hijo se porte mejor?

Algunos de los tips para mejorar el mal comportamiento de los menores en casa son la adquisición y puesta en práctica de las siguientes habilidades:

  • Observar el comportamiento de los niños prestando atención a las conductas positivas.
  • Compartir con ellos actividades agradables con la finalidad de fortalecer los vínculos positivos.
  • Reforzar los comportamientos que sean positivos.
  • Establecer expectativas, reglas y límites familiares adecuados a la edad y a las características de los niños.
  • Dar órdenes eficaces y claras.
  • Ponerse de acuerdo a la hora de actuar ante las conductas problemáticas de los hijos mediante límites razonables y consistentes.
  • Autocontrol en situaciones de tensión.
  • Comunicarse de forma eficaz y asertiva.
  • Apoyar el progreso tanto académico como comportamental de los hijos.
  • Fortalecer la vinculación entre la familia y la escuela.

¿Qué consigo llevando a mi hijo al psicólogo?

En general, los problemas de conducta no suelen desaparecer si no se interviene en ellos. Lo que se trabaja en terapia es la adaptación del menor a los entornos en los que se relaciona con frecuencia y que afectan a su desarrollo y a su bienestar psicológico y emocional. Se establecen límites en el hogarrefuerzos y órdenes claras y eficacesevitando el castigo físico y potenciando, tanto en los peques como en los padres, estrategias de autocontrol y habilidades de comunicación y resolución de problemas.

En Divergentes trabajamos la conducta en dos contextos que consideramos muy importantes, por un lado, a nivel individual a través de sesiones individuales en las que enseñamos y fomentamos conductas alternativas a la que queremos modificar y, por otro lado, a nivel grupal, dónde fomentamos la experiencia de poner en práctica los conceptos trabajados y el desarrollo de otras habilidades como la inteligencia emocional o la creatividad.

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